domingo, 16 de dezembro de 2007

Socialismo bolivariano?


Apesar da vontade manifestada por Hugo Chavez de unificar num único partido a expresão política do seu "socialismo bolivariano", tudo leva a crer que isso não será conseguido, pelo menos, a curto prazo. O recente falhanço político por que passou , ao perder o referendo constitucional, e a relativa proximidade de eleições estaduais e autárquicas tornam particularmente aguda a luta política na Venezuela.
Para alargar a diversidade dos pontos de vista oferecidos à nossa reflexão, resolvi divulgar uma entrevista feita a José Albornoz, Secretário- Geral do PPT (Pátria para Todos), um partido apoiante de Chavez e do "sim" no referendo recentemente realizado, mas que recusou dissolver-se no PSUV(Partido Socialista Unido da Venezuela). A entrevista foi feita por Clodovaldo Hernández e recentemente publicada no jornal venezuelano "El Universal" . É com a devida vénia que se trancreve.

"A José Albornoz no le gusta que digan que Patria Para Todos es "un aliado" del proceso. "Somos copartícipes, coautores de esta revolución, pase lo que pase", dice. "Los aliados son circunstancias, producto de coyunturas, nosotros estamos en la esencia".
Dos semanas después de la derrota del 2 de diciembre, el secretario general del PPT afirma que no es hora de buscar chivos expiatorios, pero sí de tratar de descifrar el mensaje que el electorado envió en el referendo constitucional.
Junto con el Partido Comunista de Venezuela -el otro "aliado" que se negó a fundirse en el Partido Socialista Unido de Venezuela-, han conformado unas mesas de diálogo socialista para analizar, entre otros temas, el del 2D.

-En esas mesas socialistas, ¿habrá sustancia, es una mesa con hallacas o puras lamentaciones?

Creemos que ahora es el momento. Al mensaje que nos envió el pueblo no podemos buscarle explicaciones con chivos expiatorios. De una u otra manera todos tenemos un grado de responsabilidad y tenemos que asumirla. La mesa de diálogo socialista crea un espacio para todos los sectores del país, especialmente para los que no tienen mecanismos para expresarse. Por eso, las mesas no son del PPT y el PCV, sino de todos los sectores interesados en poner en claro cuál es el tipo de socialismo que queremos. Si estamos claritos en eso, va a ser difícil que nos puedan bombardear desde los medios de comunicación, que se tergiversen los contenidos y se generen dudas. Las mesas nos permitirán tener oídos en lugares que antes no fueron escuchados.

-¿O sea, que ahora sí van a colocar los caballos delante de la carreta, a construir el concepto del pueblo hacia arriba y no desde arriba hacia el pueblo?

-Yo no me atrevería a decir que la propuesta del Presidente era así. Él tenía la facultad de proponer una reforma y lo hizo.

-¿Era una propuesta demasiado radical, como dijo el mismo Chávez?

-Entre los revolucionarios hay tres visiones del socialismo: el real, que impulsa el PCV; el democrático, de corte socialdemócrata, en el que creen los de Podemos y el bolivariano, que es el nuestro, quienes creemos que no se puede calcar ningún modelo. Debemos tomar en consideración que esta es una revolución que se da en paz y democracia. Todas las demás han sido precedidas por una insurrección, una guerra civil, un golpe de Estado y, por tanto, quienes han llegado al poder han sido élites que deciden todo. Nosotros vamos a llegar de otro modo. No destruimos instituciones ni desmembramos la Fuerza Armada. Nosotros planteamos cosas y la gente decide.

-¿Esta visión del socialismo bolivariano la comparten PPT y PSUV?

-Un sector importante del PSUV comparte ese modelo, incluso creo que el Presidente entiende la necesidad de desmarcarse de aspectos negativos del pasado que deben revisarse.

-La relación tan estrecha que tiene el Presidente con Fidel Castro y su aparente veneración por el modelo cubano, ¿no confunden un poco?

-Pudiera confundir, pero esa es una relación estratégica y de afecto. La experiencia de Fidel no se puede echar por la borda. Es uno de los hombres más íntegros de América Latina. Por otro lado, es conveniente marcar una diferencia clara entre el modelo norteamericano que rechazamos y la alternativa que se puede crear.

-Pero, usted mismo ha dicho que los miedos atávicos de la población al socialismo contribuyeron a la derrota.

--Sí, por eso es tan necesario dialogar con la gente, hacerle ver las peculiaridades de nuestra revolución. Somos un país rentista, no llegamos al poder como producto de la contradicción entre el capital y el trabajo, sino del desgaste de un modelo de desarrollo que no cumplió las expectativas. 86% de la propiedad de los medios de producción está en manos del Estado, Tenemos el petróleo, el hierro, el aluminio, la telefonía, la electricidad. No tenemos que nacionalizar más nada. La propiedad individual no está en juego porque no hay necesidad de eso. Lo importante es ver de qué manera se redistribuye. No tenemos necesidad de quitarles a unos para darles a los que no tienen porque tenemos la renta petrolera. Esas cosas son las que queremos discutir con la gente, que lo asuman, lo entiendan y se den cuenta de que nuestro modelo no es el cubano ni el soviético ni el chino ni el bielorruso. Es el venezolano.


El consenso nacional
Albornoz practica el optimismo. Dice que junto al revés electoral, el proceso revolucionario obtuvo una victoria política: la aceptación, por parte de la oposición, de la Constitución Nacional de 1999 como base del consenso nacional.

-Para creer que hay un principio de consenso alrededor de la Constitución de 1999 hay que creer en la buena fe de la oposición. ¿Usted cree en eso a estas alturas?

-Hay un sector opositor que podría contribuir mucho para construir este país. Esos modelos de los años 60 y 70 ya no tienen vuelta atrás. No hay vuelta posible al puntofijismo. Y hay un sector que irrumpe contra el puntofijismo en la oposición, gente que sabe que no puede ponerse de espaldas a la historia.

-La viabilidad del modelo pareciera depender mucho de la figura de Chávez. Usted declaró recientemente que si Chávez se lanzase de nuevo arrasaría¿. El problema, precisamente, es que no puede lanzarse.

-Claro, él tiene un liderazgo no sólo nacional sino internacional. Como no se pudo reformar la Constitución, tiene una camisa de fuerza, pero su influencia sobre los cambios seguirá siendo determinante. Su liderazgo trasciende el 2013. Todavía falta mucho tiempo, pero el haber sido clave en el corte del viejo modelo le da importancia para la construcción del nuevo, al margen de dónde esté y de quién pueda sucederlo.

-¿Cómo se vislumbra la sucesión presidencial desde el campo de un coautor al que llaman aliado? Pareciera que el liderazgo del Presidente es tan fuerte que incluso le dará la facultad de ungir a su sucesor, de designar un "tapao" que le cuide el puesto por seis años.

-Lo que pasa es que no podemos pensar como brujos -ríe-. La política es muy dinámica. Predecir cosas para largo tiempo nos convierte en pitonisos y no queremos serlo. El año que viene habrá elecciones regionales y locales. Allí vienen liderazgos que salen de la escena regional y pasan a la nacional. Además, la oposición no es mocha, no se van a quedar de brazos cruzados y debe tomar sus medidas.

-El secretariado del PPT concluyó que "el referendo se perdió por razones políticas y no por la gestión de Chávez". Parece la declaración de alguien que procura evitar que lo metan en la lista de los rencores, en la misma de Podemos¿

-Te repito, somos coautores de esta revolución. Así que cuando decimos eso es porque lo creemos, no porque estemos cuidando nada. Pensamos que la gente no dejó de votar por la escasez de leche. En 2002 no tuvimos gasolina ni gas, hicimos cola, nos trasnochamos y la gente se mantuvo. En las marchas se veía el letrero de "con hambre y sin empleo, con Chávez me resteo". Lo que tenemos que buscar ahora no son chivos expiatorios, sino asuntos de fondo, los miedos atávicos que se desarrollaron. Por eso son importantes las mesas de diálogo. Si le metes el ojo a la gestión de Chávez te quedas impresionado. Hay obras únicas de gran trascendencia como el Cardiológico Infantil y el ferrocarril del Tuy, por sólo nombrar dos.

-¿Entonces es falso que el PPT haya jugado a "sí pero no"?

-La gente siempre nos atacará. No sé si es un karma o qué. Por eso para nosotros era un reto ganar Amazonas, el único estado donde tenemos el gobierno regional (Liborio Guarulla) y ganamos con el menor porcentaje de abstención. Y en Guárico, aunque el gobernador (Eduardo Manuitt) se fue con el PSUV, nos montamos con la fuerza que aún tenemos, igual que en Portuguesa. El PPT se siente libre de culpa en ese sentido, hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance para que el Sí fuera el triunfador.

-¿Qué peso le concede usted al empeño de Chávez en forjar al PSUV a marchas forzadas como factor de la derrota?

-No he querido opinar sobre el PSUV. Nosotros decidimos quedarnos como partido aparte porque creemos que debe haber diversidad política en el apoyo a la revolución. Así como hay una diversidad cultural, económica, social, etcétera, debe haber diversidad política para ayudar a forjar cosas diferentes. Pero me parece que no hubo comprensión en el seno del MVR del planteamiento que estaba haciendo el presidente Chávez sobre el PSUV. En una encuesta que vi, aparecía un síntoma bastante preocupante: el MVR con 13% y el PSUV con 18%. Pienso que no dejaron de haber dos visiones y eso pudo afectar el resultado.

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