Hoje, dia de greve geral, é um dia politicamente importante. Vai saber-se com que expressividade se vai manifestar a ansiedade pelos horizontes confiscados, por um dia a dia que parece afunilar-se num garrote de dificuldades, por uma revolta contra uma desigualdade social que cresce em benefício de cada vez menos privilegiados à custa de um número cada vez maior de cidadãos. Vamos saber se continua impante essa hipocrisia rasteira que qualifica a magra retribuição do trabalho humano como um despesismo fatal e os gordos lucros auferidos pelos detentores do capital como o doce mel de todas as virtudes.
Acho que é um dia adequado para vos oferecer a transcrição de um texto retirado, com a devida vénia, do jornal argentino Página 12. O seu autor, Eduardo Febbro, escreveu-o em Paris. O seu título é sugestivo e revelador: “En Europa el poder es de Goldman Sachs”. E num pequeno excerto, que serve de subtítulo, acrescenta: “Pertenecen a la red que Sachs tejió en el Viejo Continente y, en grados diversos, participaron en las más truculentas operaciones ilícitas orquestadas por la institución norteamericana. Además, no son los únicos”.
Vivemos numa conjuntura em que se têm vindo a incendiar alaridos, aparentemente ferozes, contra pequenos e médios corruptos, o que será bom se desembocar em punições justas e se não for a cortina de fumo necessária para se não descobrir a verdadeira grande corrupção, incrustada na lógica do próprio capitalismo ou executada com um virtuosismo suficientemente subtil para a pôr a coberto das malhas parciais de uma justiça arrastada. É certo que este vendaval de virtude, que reflecte um ascetismo teórico que chega a comover, é por vezes desviado para ajustar contas contra alguma figura pública com que as fontes não simpatizam, contra algum político que não lhes agrada. E isso é mau.
Mas tudo isso são esquálidos amendoins, quando tomamos contacto com o que o texto que vou transcrever nos diz. E com isso não podemos deixar de nos indignar e de nos alarmar. O que pode haver de confisco invisível de bens públicos pela simples inércia das sinergias perversas desta rede de interesses, empurra para uma relativa insignificância os roubos mais onerosos de dinheiros públicos que até hoje se conhecem. E, no entanto, a comunicação social europeia, quer os virtuosos arautos do neo-liberalismo instalado, quer os miolos moles que fazem ecoar o senso comum mediático, aplaudem a chegada, a importantes alavancas do poder político e económico, do que podemos objectivamente recear que sejam alguns meliantes, mas festejando-os com se fossem puros arcanjos de um céu da economia onde se respira exclusivamente honestidade, rigor e verdade.
Não sei se isto é uma tragédia ou uma vergonha, mas vamos lá a ler o texto para que nos lembremos sempre da estatura moral dos poderes hoje instituídos nesta Europa em delírio:
"La historia podría colmar todas las expectativas de los adeptos a las teorías del complot. ¿Dónde está el poder mundial? La respuesta cabe en un nombre y un lugar: en la sede del banco de negocios Goldman Sachs. El banco norteamericano logró una hazaña poco frecuente en la historia política mundial: colocar a sus hombres a la cabeza de dos gobiernos europeos y del banco que rige los destinos de las políticas económicas de la Unión Europea. Mario Draghi, el actual presidente del Banco Central Europeo; Mario Monti, el presidente del Consejo Italiano que reemplazó a Silvio Berlusconi; Lucas Papademos, el nuevo primer ministro griego, pertenecen todos a la galaxia de Goldman Sachs. Estos tres responsables, dos de los cuales, Monti y Papademos, forman la avanzada de la anexión de la política por la tecnocracia económica, pertenecen a la red que Sachs tejió en el Viejo Continente y, en grados diversos, participaron en las más truculentas operaciones ilícitas orquestadas por la institución norteamericana. Además, no son los únicos. Se puede también mencionar a Petros Christodoulos, hoy al frente del organismo que administra la deuda pública griega y en el pasado presidente del National Bank of Greece, al que Sachs le vendió el producto financiero conocido con el nombre de Swap y con el cual las autoridades griegas y Goldman Sachs orquestaron el maquillaje de las cuentas griegas.
El dragón que protege los intereses de Wall Street cuenta con hombres clave en los puestos más decisivos y no sólo en Europa. Henry Paulson, ex presidente de Goldman Sachs, fue nombrado luego secretario del Tesoro norteamericano, mientras que William C. Dudley, otro alto cargo de Goldman Sachs, es el actual presidente de la Reserva Federal de Nueva York. Pero el caso de los responsables europeos es más paradigmático. La palma de honor se la lleva Mario Draghi. El hoy presidente del Banco Central Europeo, BCE, fue vicepresidente de Goldman Sachs para Europa entre los años 2002 y 2005. En ese puesto, Draghi tuvo un desempeño más que ambiguo. El título de su cargo era “empresas y deudas soberanas”. Precisamente, en ese cargo Draghi tuvo como misión vender el incendiario producto Swap. Ese instrumento financiero es un elemento determinante en el ocultamiento de las deudas soberanas, es decir, en el maquillaje de las cuentas griegas. Esa trampa fue la astucia que permitió a Grecia calificarse para formar parte de los países que iban a utilizar el euro, la moneda única europea. Técnicamente, y con Goldman Sachs como operador, se trató en ese entonces de transformar la deuda exterior de Grecia de dólares a euros. Con ello, la deuda griega desapareció de los balances negativos y GS se llevó una jugosa comisión. Luego, en 2006, Goldman Sachs vendió parte de ese paquete de Swaps al principal banco comercial del país, National Bank of Greece, dirigido por otro hombre de GS, Petros Christodoulos, ex trader de Goldman Sachs y en la actualidad director del organismo de gestión de la deuda de Grecia que él mismo y los ya mencionados contribuyeron a disimular primero y a incrementar después. Mario Draghi tiene un historial pesado. El ex presidente de la República Italiana Francesco Cossiga acusó a Draghi de haber favorecido a Goldman Sachs en la atribución de contratos importantes cuando Draghi era director del Tesoro e Italia estaba en pleno proceso privatizador. Lo cierto es que el ahora director del Banco Central Europeo aparece masivamente sindicado como el gran vendedor de Swaps en toda Europa.
En ese entrevero de falsificaciones surge el jefe del Ejecutivo griego, Lucas Papademos. El primer ministro fue gobernador del Banco Central griego entre 1994 y 2002. Ese es precisamente el período en el que Sachs fue cómplice del ocultamiento de la realidad económica griega y en tanto que responsable de la entidad bancaria nacional, Papademos no podía ignorar la trampa que se estaba montando. Las fechas en las que ocupó el cargo hacen de él un operador del montaje. En la lista de notables le sigue Mario Monti. El actual presidente del Consejo Italiano fue consejero internacional de Goldman Sachs desde 2005. En resumen, muchos de los hombres que fabricaron el desastre fueron llamados ahora a tomar las riendas de puestos clave y con la misión de reparar, a costa de los beneficios sociales de los pueblos, las consecuencias de las estafas que ellos mismos llevaron a cabo. No caben dudas de que existe lo que los analistas llaman “un gobierno Sachs europeo”. El portugués Antonio Borges dirigió hasta hace poco –acaba de renunciar– el Departamento Europa del Fondo Monetario Internacional. Hasta 2008, Antonio Borges fue vicepresidente de Goldman Sachs. El desaparecido Karel Van Miert –Bélgica– fue comisario europeo de la Competencia y también un cuadro de Goldman Sachs. El alemán Ottmar Issing fue sucesivamente presidente de la Bundesbank, consejero internacional del banco de negocios norteamericano y miembro del Consejo de Administración del Banco Central Europeo. Peter O’Neill es otro hombre de la enredadera: presidente de Goldman Sachs Asset Management, O’Neill, apodado El Gurú de Goldman Sachs, es el inventor del concepto de Brics, el grupo de países emergentes compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. A O’Neill lo acompaña otro peso pesado, Peter Sutherland, ex presidente de Goldman Sachs Internacional, miembro de la sección Europa de la Comisión Trilateral –lo mismo que Lucas Papademos–, ex integrante de la Comisión de la Competencia en la Unión Europea, fiscal general de Irlanda e influyente mediador en el plan que desembocó en el rescate de Irlanda. Alessio Rastani tiene toda la razón. Este personaje que se presentó ante la BBC como un trader dijo hace unas semanas: “Los políticos no gobiernan el mundo. Goldman Sachs gobierna el mundo”. Su historia es ejemplar, de doble juego, como las personalidades y las carreras de los brazos mundiales de Goldman Sachs. Alessio Rastani dijo que era un trader londinense, pero luego se descubrió que trader no era y que podría formar parte de Yes Men, un grupo de activistas que, a través de la caricatura y la infiltración de los medios, denuncian el liberalismo. Quedará para las páginas de la historia mundial de la impunidad la figura de estos personajes. Empleados por una firma norteamericana, orquestaron una de las mayores estafas que se hayan conocido, cuyas consecuencias se pagan hoy. Fueron premiados con el timón de la crisis con las que ellos complotaron."
Acho que é um dia adequado para vos oferecer a transcrição de um texto retirado, com a devida vénia, do jornal argentino Página 12. O seu autor, Eduardo Febbro, escreveu-o em Paris. O seu título é sugestivo e revelador: “En Europa el poder es de Goldman Sachs”. E num pequeno excerto, que serve de subtítulo, acrescenta: “Pertenecen a la red que Sachs tejió en el Viejo Continente y, en grados diversos, participaron en las más truculentas operaciones ilícitas orquestadas por la institución norteamericana. Además, no son los únicos”.
Vivemos numa conjuntura em que se têm vindo a incendiar alaridos, aparentemente ferozes, contra pequenos e médios corruptos, o que será bom se desembocar em punições justas e se não for a cortina de fumo necessária para se não descobrir a verdadeira grande corrupção, incrustada na lógica do próprio capitalismo ou executada com um virtuosismo suficientemente subtil para a pôr a coberto das malhas parciais de uma justiça arrastada. É certo que este vendaval de virtude, que reflecte um ascetismo teórico que chega a comover, é por vezes desviado para ajustar contas contra alguma figura pública com que as fontes não simpatizam, contra algum político que não lhes agrada. E isso é mau.
Mas tudo isso são esquálidos amendoins, quando tomamos contacto com o que o texto que vou transcrever nos diz. E com isso não podemos deixar de nos indignar e de nos alarmar. O que pode haver de confisco invisível de bens públicos pela simples inércia das sinergias perversas desta rede de interesses, empurra para uma relativa insignificância os roubos mais onerosos de dinheiros públicos que até hoje se conhecem. E, no entanto, a comunicação social europeia, quer os virtuosos arautos do neo-liberalismo instalado, quer os miolos moles que fazem ecoar o senso comum mediático, aplaudem a chegada, a importantes alavancas do poder político e económico, do que podemos objectivamente recear que sejam alguns meliantes, mas festejando-os com se fossem puros arcanjos de um céu da economia onde se respira exclusivamente honestidade, rigor e verdade.
Não sei se isto é uma tragédia ou uma vergonha, mas vamos lá a ler o texto para que nos lembremos sempre da estatura moral dos poderes hoje instituídos nesta Europa em delírio:
"La historia podría colmar todas las expectativas de los adeptos a las teorías del complot. ¿Dónde está el poder mundial? La respuesta cabe en un nombre y un lugar: en la sede del banco de negocios Goldman Sachs. El banco norteamericano logró una hazaña poco frecuente en la historia política mundial: colocar a sus hombres a la cabeza de dos gobiernos europeos y del banco que rige los destinos de las políticas económicas de la Unión Europea. Mario Draghi, el actual presidente del Banco Central Europeo; Mario Monti, el presidente del Consejo Italiano que reemplazó a Silvio Berlusconi; Lucas Papademos, el nuevo primer ministro griego, pertenecen todos a la galaxia de Goldman Sachs. Estos tres responsables, dos de los cuales, Monti y Papademos, forman la avanzada de la anexión de la política por la tecnocracia económica, pertenecen a la red que Sachs tejió en el Viejo Continente y, en grados diversos, participaron en las más truculentas operaciones ilícitas orquestadas por la institución norteamericana. Además, no son los únicos. Se puede también mencionar a Petros Christodoulos, hoy al frente del organismo que administra la deuda pública griega y en el pasado presidente del National Bank of Greece, al que Sachs le vendió el producto financiero conocido con el nombre de Swap y con el cual las autoridades griegas y Goldman Sachs orquestaron el maquillaje de las cuentas griegas.
El dragón que protege los intereses de Wall Street cuenta con hombres clave en los puestos más decisivos y no sólo en Europa. Henry Paulson, ex presidente de Goldman Sachs, fue nombrado luego secretario del Tesoro norteamericano, mientras que William C. Dudley, otro alto cargo de Goldman Sachs, es el actual presidente de la Reserva Federal de Nueva York. Pero el caso de los responsables europeos es más paradigmático. La palma de honor se la lleva Mario Draghi. El hoy presidente del Banco Central Europeo, BCE, fue vicepresidente de Goldman Sachs para Europa entre los años 2002 y 2005. En ese puesto, Draghi tuvo un desempeño más que ambiguo. El título de su cargo era “empresas y deudas soberanas”. Precisamente, en ese cargo Draghi tuvo como misión vender el incendiario producto Swap. Ese instrumento financiero es un elemento determinante en el ocultamiento de las deudas soberanas, es decir, en el maquillaje de las cuentas griegas. Esa trampa fue la astucia que permitió a Grecia calificarse para formar parte de los países que iban a utilizar el euro, la moneda única europea. Técnicamente, y con Goldman Sachs como operador, se trató en ese entonces de transformar la deuda exterior de Grecia de dólares a euros. Con ello, la deuda griega desapareció de los balances negativos y GS se llevó una jugosa comisión. Luego, en 2006, Goldman Sachs vendió parte de ese paquete de Swaps al principal banco comercial del país, National Bank of Greece, dirigido por otro hombre de GS, Petros Christodoulos, ex trader de Goldman Sachs y en la actualidad director del organismo de gestión de la deuda de Grecia que él mismo y los ya mencionados contribuyeron a disimular primero y a incrementar después. Mario Draghi tiene un historial pesado. El ex presidente de la República Italiana Francesco Cossiga acusó a Draghi de haber favorecido a Goldman Sachs en la atribución de contratos importantes cuando Draghi era director del Tesoro e Italia estaba en pleno proceso privatizador. Lo cierto es que el ahora director del Banco Central Europeo aparece masivamente sindicado como el gran vendedor de Swaps en toda Europa.
En ese entrevero de falsificaciones surge el jefe del Ejecutivo griego, Lucas Papademos. El primer ministro fue gobernador del Banco Central griego entre 1994 y 2002. Ese es precisamente el período en el que Sachs fue cómplice del ocultamiento de la realidad económica griega y en tanto que responsable de la entidad bancaria nacional, Papademos no podía ignorar la trampa que se estaba montando. Las fechas en las que ocupó el cargo hacen de él un operador del montaje. En la lista de notables le sigue Mario Monti. El actual presidente del Consejo Italiano fue consejero internacional de Goldman Sachs desde 2005. En resumen, muchos de los hombres que fabricaron el desastre fueron llamados ahora a tomar las riendas de puestos clave y con la misión de reparar, a costa de los beneficios sociales de los pueblos, las consecuencias de las estafas que ellos mismos llevaron a cabo. No caben dudas de que existe lo que los analistas llaman “un gobierno Sachs europeo”. El portugués Antonio Borges dirigió hasta hace poco –acaba de renunciar– el Departamento Europa del Fondo Monetario Internacional. Hasta 2008, Antonio Borges fue vicepresidente de Goldman Sachs. El desaparecido Karel Van Miert –Bélgica– fue comisario europeo de la Competencia y también un cuadro de Goldman Sachs. El alemán Ottmar Issing fue sucesivamente presidente de la Bundesbank, consejero internacional del banco de negocios norteamericano y miembro del Consejo de Administración del Banco Central Europeo. Peter O’Neill es otro hombre de la enredadera: presidente de Goldman Sachs Asset Management, O’Neill, apodado El Gurú de Goldman Sachs, es el inventor del concepto de Brics, el grupo de países emergentes compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. A O’Neill lo acompaña otro peso pesado, Peter Sutherland, ex presidente de Goldman Sachs Internacional, miembro de la sección Europa de la Comisión Trilateral –lo mismo que Lucas Papademos–, ex integrante de la Comisión de la Competencia en la Unión Europea, fiscal general de Irlanda e influyente mediador en el plan que desembocó en el rescate de Irlanda. Alessio Rastani tiene toda la razón. Este personaje que se presentó ante la BBC como un trader dijo hace unas semanas: “Los políticos no gobiernan el mundo. Goldman Sachs gobierna el mundo”. Su historia es ejemplar, de doble juego, como las personalidades y las carreras de los brazos mundiales de Goldman Sachs. Alessio Rastani dijo que era un trader londinense, pero luego se descubrió que trader no era y que podría formar parte de Yes Men, un grupo de activistas que, a través de la caricatura y la infiltración de los medios, denuncian el liberalismo. Quedará para las páginas de la historia mundial de la impunidad la figura de estos personajes. Empleados por una firma norteamericana, orquestaron una de las mayores estafas que se hayan conocido, cuyas consecuencias se pagan hoy. Fueron premiados con el timón de la crisis con las que ellos complotaron."
Sem comentários:
Enviar um comentário