Transcrevo da
página virtual do jornal espanhol Público [18 e 40 m de hoje] uma notícia sobre o que está a ocorrer hoje em
Caracas. Perante a barragem de unilateralismo informativo dos nosso dóceis
meios de comunicação social, caninamente alinhados com o complexo mediático
internacional dos grandes meios de comunicação social, vale a pena ter-se
acesso a uma informação objectiva.
O texto noticioso é do jornalista Alberto Pradilla e tem como tírulo:“Caracas como dos ciudades: una
vota y la otra se encierra entre basura”. Abre a notícia o destaque seguinte : “En medio existen grises pero la diferencia es
abismal entre el centro y el oeste, donde la mayor parte de colegios están
abiertos, y el este, encerrado en sí mismo, lleno de barricadas y con la basura
desparramada por el suelo.”
Eis a notícia, propriamente dita:
“Con música y cohetes,
antes de que amanezca, feudos del chavismo como el barrio 23 de enero
despertaban a los votantes a las 6 de la mañana. La hora es intempestiva para
un domingo, pero en Venezuela es tradición madrugar mucho, hacer cola para
votar lo antes posible y ya disponer de toda la jornada. “Queremos ser los
primeros para venir”, decía Carmen Romero, una mujer que llevaba desde las 5
esperando para votar en la escuela pública de la popular barriada. “Estamos
viviendo en nuestras carnes la cuestión de los terroristas que están en el
este. Aquí, por el contrario, estamos tranquilos y votamos para frenar la
violencia”, afirmaba. El votante más ideológico habla de “profundización en el
proceso” para explicar su participación electoral. En las filas, antes de las
urnas, lo que más se escucha es un llamamiento a votar por la pacificación.
Hoy, cuando 19 millones
de electores de un censo total de 30 millones está convocado a las urnas, siguen
existiendo dos Caracas que viven de espaldas una a la otra. En medio
existen grises, que no todo es tan fácil, pero la diferencia es abismal y real
entre el centro y el oeste, donde la mayor parte de colegios están abiertos, y
el este, encerrado en sí mismo, lleno de barricadas y con la basura
desparramada por el suelo.
Habrá que ver hasta dónde están dispuestos
a llegar los opositores durante las protestas. Sus fuerzas flaquean
“Hoy es uno de los días
más importantes para que el venezolano chavista salga a votar”. Gustavo Borges,
calado con gorra verde de estrella roja y el brazalete con la bandera de
Venezuela, también es de los primeros en el colegio del 23 de enero. Insiste en
que la constituyente convocada por el presidente, Nicolás Maduro, es la vía
para destensar la situación. Quizás para dar ejemplo, que aquí son mucho de
simbología, el jefe de Gobierno ha sido también madrugador a la hora de cumplir
con la papeleta. Pasadas las 6 de la mañana, el máximo mandatario venezolano
reivindicaba que el suyo era “el primer voto por la paz, por la soberanía,
la independencia y la tranquilidad futura de Venezuela”.
La situación es
completamente distinta en el este del país (por cierto, más opulento pero con
menor proporción de habitantes). La oposición rechaza participar en las
elecciones y ha llamado a manifestarse hoy a las 10.00 horas (las 18.00 en
España). A las 8, en Altamira no había un alma. Una única señora preguntaba
dónde había que concentrarse, asegurando que la convocatoria comenzaba a las 4 de
la mañana. “No tenemos nada, estamos pasando hambre y por muchas dificultades”,
aseguraba. La tensión es palpable. En Chacao, justo antes de llegar al feudo
opositor, un grupo de motorizados partidarios del chavismo se enfrentaban con
unos encapuchados que pretendían colocar una barricada. No lo consiguieron. Al
final, los opositores abandonaban el lugar a la carrera. Da la sensación de que
trancar las calles es la única estrategia sostenible para los antichavistas.
Permite, con un número relativamente pequeño, dar una sensación de caos. Aunque
lo de llenar de basura tu propio barrio es más incomprensible.
Habrá que ver hasta
dónde están dispuestos a llegar los opositores durante las protestas de hoy,
especialmente si se toma en cuenta que parece que sus fuerzas flojean. La
víspera, Henrique Capriles y Leopoldo López llamaban conjuntamente a
manifestarse. En realidad, es un modo de intentar tapar bocas, ya que en las
últimas horas se había extendido la sombra de la duda en sus propias bases. Los
más duros acusan a la dirigencia de ser excesivamente condescendientes con el
chavismo. Sí. Han oído bien. Excesivamente condescendientes. La gestión de
la frustración por asegurar que se frenarían unas elecciones que no podían
suspender.
Tengan claro que el
nivel de intimidación y presión es tal en los feudos opositores que el Gobierno
ha tenido que habilitar cuatro centros de contingencia en Los Teques, Caracas,
Maracaibo y Aragua. Es decir, que se han abierto polideportivos para que puedan
votar personas que no pueden depositar su voto en su lugar de origen. Ayer, en
el Poliedro, el centro preparado para los votantes de Caracas, varias personas
explicaban que tenían que trabajar por las elecciones casi de modo clandestino.
Además, algunos colegios han sido atacados y el material electoral ha tenido
que ser trasladado a otros lugares.”